Progreso y sostenibilidad
El progreso económico y social conseguido durante el último siglo ha estado acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro los mismos sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro y, ciertamente, nuestra supervivencia.
Nuestro planeta se está quedando sin recursos, pero el índice de población sigue creciendo. En caso de que la población mundial alcance los 9800 millones de personas en 2050, se podría necesitar el equivalente a casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida actuales.Se están produciendo cambios prometedores en las empresas, lo que demuestra un mayor nivel de compromiso y concienciación sobre la necesidad de dar prioridad a las prácticas sostenibles en todos los sectores empresariales.
El desperdicio de alimentos es otro indicio del consumo excesivo. Abordar la pérdida de alimentos es urgente y requiere políticas específicas, así como inversiones en tecnologías, infraestructuras y enseñanza.
Para que la transición tenga éxito, es necesario potenciar el aprovechamiento eficaz de los recursos, tener en cuenta todo el ciclo de vida de las actividades económicas y participar activamente en los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente.
En la actualidad, existen factores claves que desempeñan un papel fundamental: El hecho de que grandes y medianas empresas apuesten por la innovación en materia de sostenibilidad, la demanda de los clientes por productos respetuosos con el clima y los niveles récord de inversión en tecnología climática.
Insectos. ¿Son clave para el consumo sostenible?
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que en 2050 la población mundial alcanzará los 9 mil 700 millones. Es previsible, por tanto, que el gran peso demográfico presione a los sistemas de producción alimentaria y al medioambiente en general.
Ante tal escenario, la FAO sugiere alimentos para las generaciones futuras como la medusa, las algas marinas y los insectos.
El consumo de insectos podría ayudarnos a reducir el impacto ambiental que genera consumir carne. Con base en un estudio de la Universidad de Helsinki, reemplazar alimentos de origen animal por alimentos como la leche cultivada y los insectos, entre otros, podría rebajar potencialmente el calentamiento global y el uso del agua y de la tierra en más del 80%.
De hecho, la ‘industria’ de los insectos tiene el objetivo de generar productos seguros para el humano basados en la economía circular y las prácticas de agricultura vertical. Sumado a ello, la porción comestible de un insecto va del 80% al 100%, mientras que con la carne va de 40% a 60%.
McKay Savage from London, UK, CC BY 2.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/2.0>, via Wikimedia Commons
Mariana Isabel Valdés Moreno, jefa de la carrera de Nutriología de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM es clara: “Tenemos una población que está creciendo sobremanera, y para garantizar a las futuras generaciones que haya alimentos —que eso tiene que ver con el desarrollo sostenible que no se está alcanzando— se plantea la sustitución de los cárnicos por los gusanos como alternativa”.
Valdés Moreno indicó que se debe sensibilizar a las personas sobre las ventajas de comer insectos tanto en los valores nutricionales como de sustentabilidad, ya que “en cuestión de costo y de salud planetaria es más barato que producir cárnicos. Creo que con esas ideas podríamos demostrar que los insectos como alimentos son buenos”.